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martes, 15 de diciembre de 2015

Sacra Híspalis
Itinerario sábado 19 de Diciembre
Liturgia de celosías (II). El Adviento.

Una vez concluidos los trabajos para la aprobación de la regla definitiva de los franciscanos y que  el 29 de noviembre de 1223 fue aprobada por el Papa Honorio III, Francisco concluye regresar a Umbría, en fechas próximas a la Navidad, festividad a la que el Santo de Asís, profesaba verdadero aprecio.

 En virtud a ello se propuso llevar a cabo la celebración de la venida al mundo del Salvador de manera muy especial en ese año que había sido fundamental para la Orden. Decidió celebrarlo en unas lomas, con árboles y gran profusión de cuevas, un terreno parecido al  que vio nacer al Redentor. Para ello, invitó al noble propietario de aquellos terreros a la celebración, hizo traer animales, montó un pesebre y convocó a todos los frailes y habitantes de la zona a la misa que se ofició, en la que San Francisco predicó. Este es sin duda el primer “Belén o Nacimiento” de la historia de la cristiandad, tras el que se vivió en origen con el nacimiento del Mesías. 

 Sacra Híspalis les propone vivir este Adviento, con el sabor de los dulces conventuales, con el olor a la madera noble y legajos antiguos y con la unción sagrada de las imágenes que se consagran al culto, en conventos y oratorios, visitando la Escuela de Cristo de la Natividad y el Convento de Clarisas Franciscanas de Santa María de Jesús.

¿Se lo van a perder?


Día: Sábado 19 de Diciembre  de 2015  

Hora: 17.45h. (Rogamos puntualidad)

Lugar de encuentro: Parroquia de Santa Cruz. Calle Mateos Gago.  

Duración del itinerario: Dos horas aprox.

Lugares a visitar: 
-Escuela de Cristo de la Natividad
-Nacimiento de la Parroquia de Santa Cruz
-Convento de Santa María de Jesús
Reverendas Madres Clarisas Franciscanas



Inscripciones
sacrahispalis@gmail.com
 Tlf.: 606 035 538










Crónica y reportaje
Sacra Híspalis itinerario:
"Esperanza nuestra y Puerta del Cielo"
28 de Noviembre de 2015

Las fotografías con mayor resolución se encuentran disponibles durante 15 días en: 

https://www.dropbox.com/sh/iks00of0n350gpt/AADhsAPjJYBGNCah8-az18Wza?dl=0


 Iniciamos nuestro itinerario en la Parroquia de San Gil Abad donde su párroco Francisco Ortiz nos recibió. Allí Irene Gallardo en colaboración con Francisco Ortiz nos contaron que la advocación a San Gil le fue otorgada por Raimundo de Losana, Arzobispo de Sevilla (1259-1286) como homenaje a la iglesia de San Gil de la ciudad de Segovia, donde éste había sido bautizado. Desde su fundación es sede parroquial, fundación que data de la segunda mitad del siglo XIII, o sea, casi inmediatamente después de ser reconquistada la ciudad por Fernando III el Santo, siendo una de las iglesias denominadas alfonsinas, edificadas durante el reinado de Alfonso X el Sabio.


El historiador Ortiz de Zúñiga apunta que pudo construirse sobre el solar de alguna antigua mezquita, cuyos restos todavía hoy se conservan en la base de la torre y en la Capilla del Sagrario.


Destaca del exterior las dos portadas y el ábside, que presenta los contrafuertes apoyados sobre columnas de acarreo, es de decir, columnas que proceden otros edificios anteriores para ser aprovechadas en nuevas construcciones. Según parece, éstas se colocan en tiempos del rey Pedro.


 
 Perteneciente al interesante grupo de las iglesias gótico-mudéjares de la ciudad, de su primera época se conservan la cabecera y el tramo transversal.


La torre, antiguo alminar en el que convergen el mudéjar y el barroco, se remata por un chapitel con azulejería.


Posteriormente nos trasladarnos a la Basílica de Santa María de la Esperanza, y como no a visitarla en su magnífico camarín donde nos esperaba Fernando Marmolejo que nos habló de la obra maestra de su padre, Fernando Marmolejo Camargo y de los sentimientos que en él inspira, ser el prioste de la Esperanza.


Tardó en hacerse casi dos décadas esta joya de la orfebrería. En el interior del camarín están presentes todas las patronas de Andalucía. 


El trabajo de orfebrería realizado sobre las paredes simulan estar recubiertas de telas de damasco con plata y mármol, rematada por una cúpula que representa una corona.


Salimos del camarín y bajamos a la basílica, donde Irene nos cuenta que fue el 18 de marzo de 1949 cuando el Cardenal Segura bendijo el nuevo templo, levantado con donaciones procedentes de todo el mundo. 

 

 

 Al día siguiente, festividad de San José, se trasladaron las Sagradas Imágenes y al siguiente, el Vicario General volvió a oficiar con solemne Misa de medio Pontifical, como inicio del Septenario doloroso en honor de la Santísima Virgen de la Esperanza Macarena.


 Las obras estuvieron bajo la dirección del arquitecto Aurelio Gómez Millán, acudiendo para su traza al modelo conventual sevillano, caracterizado por tener un amplio espacio interior a fin de que los fieles pudieran escuchar la predicación y contemplar el altar mayor sin interferencias. 


El templo consta de una única nave, venerándose en su cabecera a la Santísima Virgen de la Esperanza, y está flanqueada por cuatro capillas laterales reservadas a Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, Nuestra Señora del Santo Rosario, el Cristo de la Salvación y el altar de la Hispanidad. 


Precediendo al edificio se extiende un atrio, con pórtico de líneas similares al del monasterio de Santa Clara de Sevilla.






Finalizamos nuestro itinerario visitando el magnifico museo de la Hermandad. El museo está situado en un edificio anexo a la Basílica donde a lo largo de cinco amplias salas, repartidas en tres plantas, se ofrece un recorrido sentimental por la Historia de la Hermandad, e incluso de la propia Semana Santa de Sevilla; su conexión con el barrio, la ciudad y todos los lugares hasta donde ha llegado la devoción a la Macarena.



Finaliza la visita con la contemplación de los pasos, mantos, túnicas, sayas, coronas, ajuares litúrgicos y todos los elementos que conforman la conocida procesión en la Madrugada del Viernes Santo.


Gracias a Francisco Ortiz, párroco de San Gil Abad, a Manuel García, Hermano Mayor de la Hermandad de la Macarena por las permitirnos realizar este magnífico itinerario y a Fernando Marmolejo, prioste de la Esperanza y gran orfebre sevillano, por abrirnos su corazón hablando de la obra de su padre.

Y gracias a Irene por ofrecernos un itinerario tan cargado de sentimientos.

Crónica y reportaje fotográfico de Fco Javier Montiel