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miércoles, 24 de diciembre de 2014

Sacra Híspalis
Crónica y reportaje fotográfico itinerario
Liturgia de celosías (I). El Adviento
Viernes 12 de Diciembre de 2014



 Una vez concluidos los trabajos para la aprobación de la regla definitiva de los franciscanos y que el 29 de noviembre de 1223 fue aprobada por el Papa Honorio III, Francisco concluye regresar a Umbría, en fechas próximas a la Navidad, festividad a la que el Santo de Asís, profesaba verdadero aprecio. En virtud a ello se propuso llevar a cabo la celebración de la venida al mundo del Salvador de manera muy especial en ese año que había sido fundamental para la Orden. Decidió celebrarlo en unas lomas, con árboles y gran profusión de cuevas, un terreno parecido al que vio nacer al Redentor. Para ello, invitó al noble propietario de aquellos terreros a la celebración, hizo traer animales, montó un pesebre y convocó a todos los frailes y habitantes de la zona a la misa que se ofició, en la que San Francisco predicó. Este es sin duda el primer Belén o Nacimiento de la historia de la cristiandad, tras el que se vivió en origen con el nacimiento del Mesías.



Iniciamos el itinerario en el monasterio de Santa María de Jesús, donde las hermanas pobres de Santa Clara (Clarisas), constituyen la Segunda Orden Franciscana, o lo que es lo mismo, el franciscanismo femenino.


Cabe recordar que en el monasterio de Santa María de Jesús hay una tienda donde podemos comprar dulces de convento con los que además de disfrutar de estos sabores, podemos ayudar a las hermanas.



Sor Lucía, nos abrió las puertas del convento y nos dio acceso a la iglesia. La iglesia es de planta rectangular, con una sola nave, a la que accedemos por el lado del Evangelio. Posee diversos retablos adosados a los lienzos de pared. La nave queda delimitada en tramos por tres arcos fajones. A los pies de la iglesia se encuentran los coros alto y bajo.

La portada principal de 1590 es de estilo manierista, obra de Juan de Oviedo y Alonso de Vandelvira.


El Retablo Mayor, es de finales del siglo XVII, obra de Cristóbal de Guadix. La imaginería es obra de Pedro Roldán, a excepción de la Virgen titular del convento que preside la hornacina del retablo, que es obra de sus hijas Luisa e Ignacia.



Una vez en el interior de la nave y situados en la zona donde se encuentran los bancos ocupados por las hermanas, Irene Gallardo pasó a contarnos la historia de la Orden Franciscana femenina. Nos contó que el Domingo de Ramos de 1212, Francisco de Asís consagraba al Señor la vida de Clara Favarone, admitiéndola a su Orden. En 1241 los sarracenos atacaron la ciudad de Asís. Cuando se acercaban a atacar el convento que está en la falda de la loma, en el exterior de las murallas de Asís, las monjas se fueron a rezar muy asustadas y Santa Clara que era muy devota al Santísimo Sacramento, tomó en sus manos la custodia con la hostia consagrada y se enfrentó a los atacantes. Ellos experimentaron en ese momento una terrible oleada de terror que los hizo huir despavoridos.




Las clarisas son, hoy día, las monjas contemplativas más numerosas en España y en todo el mundo. El convento fue fundado por don Álvaro de Portugal, primo de Isabel la Católica, que recibió para ello la bula correspondiente del papa Alejandro VI, de infausto recuerdo.


En verano de 1765, durante una tormenta, un rayo alcanza el área de los dormitorios e inicia un incendio que dura cuatro días. Los cuantiosos daños pudieron ser reparados, gracias a la generosidad de la nobleza local, en tan solo un año. En el siglo siguiente, la comunidad resistió, a duras penas, un nuevo incendio y la desamortización.



En 1996, dicho convento acoge a las monjas que quedaban en el monasterio de Santa Clara, ya que a partir de ese año el convento de Santa Clara pasó a ser propiedad municipal.





Salimos camino del Real Monasterio de San Leandro donde tiene su sede la Comunidad de religiosas agustinas, cuya fundación fue debida a nuestro santo rey Fernando III (1248-1252). 







La comunidad agustina está  establecida en la plaza de San Leandro desde 1369 por concesión de  D. Pedro I de Castilla. Siguiendo el antiguo principio del monacato Ora et labora, sirven a la Iglesia y a la sociedad.

Desde el siglo XIII a nuestros días, esta Comunidad de religiosas contemplativas de San Leandro, ha sido partícipe de la historia de nuestra ciudad. Historia, que ha dado a Sevilla un importantísimo patrimonio histórico, artístico y literario.



La iglesia y el coro bajo han sido iluminados recientemente, gracias a la Fundación Sevillana Endesa. Se ha iluminado uno de los mejores patrimonios de la ciudad, beneficiando no sólo al monasterio, sino también a la propia ciudad de Sevilla. Grandes maestros del arte del Renacimiento y del Barroco dejaron su impronta en este monasterio. Primeras figuras como Juan Bautista Vázquez, Diego de Velasco y Jerónimo Hernández, Martínez Montañés, Pedro Roldán y su hija Luisa, La Roldana, Francisco de Ocampo, Duque Cornejo, autor del retablo mayor y otros,  configuraron este patrimonio. Y, entre todo este enorme patrimonio, están los dos mejores retablos de los santos Juan, Bautista y Evangelista, salidos de las propias manos del dios de la madera, el maestro Juan Martínez Montañés, el hombre del que se dice que habló con Dios.


También una imagen única, que la religiosas la tienen por la mejor de las Madres Abadesas, la Virgen de la Granada, de Jerónimo Hernández.



Pero no sólo es arte lo que se contempla. También por aquí pasaron importantes religiosas, que dentro del claustro escribieron santos ejemplos para nuestra historia de Sevilla. Así, por citar alguno, entre los siglos XVI y XVII, destaca sor Valentina Pinelo, miembro de la Casa de los Pinelos. Poetisa lírica conocida por uno de los grandes autores del Siglo de Oro de las Letras, Lope de Vega, que la denomina “La Cuarta Gracia, que en verso o en prosa escribe”. Los documentos la describen como mujer de rebosante mística, conocedora de las Sagradas Escrituras, de San Agustín y de los Santos Padres de la Iglesia. Una importante mujer de la época.




 Y es que, sin duda alguna, la contemplación es fuente de sabiduría. Indianos que se encomendaban a la Virgen de las Virtudes, antigua imagen de esta iglesia, para que les ayudara en sus empresas. Religiosas que pedían su intercesión, y otros relatos, como consta en documentos del archivo de este monasterio, nos hablan de otro gran patrimonio literario.





Posteriormente nos dirigimos a la Iglesia de Santiago el Mayor. Esta iglesia perteneció al grupo de las iglesias gótico-mudéjares de Sevilla y ha sido remodelada en numerosas ocasiones. La iglesia consta de tres naves y conserva el tipo de armaduras de madera en sus cubiertas interiores.









 En la cabecera de la nave de la epístola se encuentra la Capilla Sacramental donde recibe culto la imagen de Ntro. Padre Jesús de la Redención en el Beso de Judas, desde que en 1983 se fusionó su Hermandad con la del Santísimo.



 Se trata de una capilla de planta cuadrada ornamentada con pinturas al fresco fechadas hacia la mitad del siglo XVIII que evocan a las de Juan de Espinal. La Capilla Mayor está cubierta por un artesonado de base octogonal y lacería, presidido por un Retablo diseñado por el arquitecto Vermondo Resta en el año 1599, fue ejecutado por Andrés de Ocampo, con reformas posteriores en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando se instaló el lienzo de Santiago Matamoros del siglo XVI, obra de Mateo Pérez de Alesio. En una reforma posterior el lienzo fue sustituido por la imagen de la Virgen del Rocío, titular de la hermandad del Beso de Judas.






En esta iglesia se encuentra, entre otras, la imagen de la Virgen de la Esperanza, escultura del circulo o taller de Roque Balduque, siglo XVI. Se trata de una talla completa, incluidas sus ropas que, fueron devastadas  para ser vestida, de acuerdo con los gustos del XVIII. El Niño Jesús se representa mirando a hacia su Madre en actitud de entregar un pequeño objeto que lleva en su mano derecha y que se asemeja a un fruto. 




La Virgen está tocada con una hermosa presea de plata, portando en su mano derecha una especie de cáliz que remata un ancla, símbolo de su advocación. A sus pies se dispone una media luna de plata al igual que la ráfaga que desapareció antes de la fusión que se produjo con la Hermandad Sacramental de Santiago y la Hermandad de la Redención en 1983.La Virgen de la Esperanza de Santiago, fue en un principio titular de la Hermandad de Ánimas que tenía residencia canónica en dicho templo. Esta Hdad. de Ntra. Sra. de la Esperanza organizaba rosarios públicos muy arraigados en  la collación.




Gracias a Sor Lucia, clarisa franciscana del Monasterio de Santa María de Jesús, D. Carlos Martínez, Capellán de las Madres Agustinas, del Monasterio de San Leandro que nos acompañó y nos habló de la Orden y del Monasterio, Dña. Angelita Yruela, capillera y hermana de la Hdad. de la Redención que nos abrió la iglesia de Santiago, al Hno. Mayor de la Hdad. De la Redención, José Antonio Moncayo y al secretario Fco. Javier Giménez así como al promotor Sacramental D. Joaquín Amador.





Gracias a Irene Gallardo por tan interesante itinerario.

Galeria: https://www.dropbox.com/sh/g1t542g86idjdc5/AAA6jVAbS2kN_Vh0yFqzljSTa?dl=0

Crónica y fotos: Fco Javier Montiel

martes, 16 de diciembre de 2014

viernes, 5 de diciembre de 2014

SACRA HÍSPALIS
ITINERARIO:
LITURGIA DE CELOSÍAS (I). EL ADVIENTO
VIERNES 12 12 2014

Una vez concluidos los trabajos para la aprobación de la regla definitiva de los franciscanos y que  el 29 de noviembre de 1223 fue aprobada por el Papa Honorio III, Francisco concluye regresar a Umbría, en fechas próximas a la Navidad, festividad a la que el Santo de Asís, profesaba verdadero aprecio.

 En virtud a ello se propuso llevar a cabo la celebración de la venida al mundo del Salvador de manera muy especial en ese año que había sido fundamental para la Orden. Decidió celebrarlo en unas lomas, con árboles y gran profusión de cuevas, un terreno parecido al  que vio nacer al Redentor. Para ello, invitó al noble propietario de aquellos terreros a la celebración, hizo traer animales, montó un pesebre y convocó a todos los frailes y habitantes de la zona a la misa que se ofició, en la que San Francisco predicó. Este es sin duda el primer “Belén o Nacimiento” de la historia de la cristiandad, tras el que se vivió en origen con el nacimiento del Mesías. 

 Sacra Híspalis les propone vivir este adviento, con el sabor de los dulces conventuales, con el olor a la madera noble y legajos antiguos y con la unción sagrada de las imágenes que se consagran al culto, en los conventos y monasterios.


Día: 
Lunes 12 de Diciembre  de 2014   

Hora: 17.00h. (Rogamos puntualidad)

Lugar de encuentro:
Convento de Santa María de Jesús. Calle Águilas.  

Duración del itinerario: Tres horas aprox.

Importe:
10 euros adultos. Niños menores de 16 años gratis. 

Lugares a visitar: 
-Convento de Santa María de Jesús
Reverendas  Madres Clarisas 
-Convento de San Leandro
Reverendas Madres Agustinas
-Iglesia de Santiago el Mayor
Hdad. de la Redención.

Ntra. Sra. de la Esperanza

Responsable: 
Irene Gallardo 
Inscripciones:
sacrahispalis@gmail.com
 Tlfs.: 606 035 538 














sábado, 29 de noviembre de 2014

Sacra Híspalis
Teresa de Jesús. Las Moradas de una Santa
Itinerario 24 12 2014

  Iniciamos el nuevo itinerario, esta vez dedicado a Santa Teresa de Jesús, en el antiguo convento de Los Remedios, hoy sede del Instituto de estudios Hispano-Cubano de Historia de América (Fundación González-Abreu), donde Ricardo Vargas nos estaba esperando.


Pasamos al interior del antiguo convento y nos encontramos con que en la nave de la iglesia han construido una entreplanta y nos dirigimos a la planta alta del mismo. En la planta baja se encuentra el museo de carruajes.


Irene nos cuenta la historia del convento y los avatares por los que el mismo pasó. Así Morgado, cuenta que fue Fray Pedro, que llegó a Sevilla en el año 1540, quién fundó una ermita en la orilla del Guadalquivir que miraba a la ciudad desde Triana. Jerónimo Gracián de la Madre de Dios- discípulo de Santa Teresa y seguidor de la reforma del Carmelo- con el objetivo de fundar un convento de su Orden, solicita un lugar para erigirlo al arzobispo Don Cristóbal de Rojas y Sandoval, que le concede la ermita de Nuestra Señora de los Remedios, tomando posesión de ella el 5 de enero de 1574. La edificación del convento, se llevó a cabo gracias a las limosnas que los marineros, los vecinos de Triana y de la ciudad, entregaban a la ermita, por la devoción a la Virgen de los Remedios, que seguía siendo la protectora del ya convento carmelita.


La extensión del convento y la huerta alcanzaba los 1.886 metros cuadrados. En 1810 las tropas francesas saquearon el edificio que permaneció sin culto hasta 1811. En 1835, los descalzos fueron expulsados mediante la desamortización de Mendizábal.


 En 1869 la iglesia se subastó tras ser requisada el año anterior. Abandonado el edificio es adquirido por Rafael González Abreu, Conde de los Remedios, para ser la sede del Instituto Hispano Cubano de Historia de América que él mismo fundó. 

Se estrenó el edificio en su nueva función con motivo de la Exposición Iberoamericana de  1929.


 

En esta ocasión nos acompañó en el grupo D. Fray Juan Dobado, Rvdo. Padre del Convento del Santo Ángel que nos habló de la vida de la Santa. Así nos contó que la Madre Teresa nunca había pensado fundar ningún convento en Andalucía, ya que el General de la Orden del Carmen, Juan Bautista Rubeo de Ravena, se lo había prohibido expresamente por estar algo disgustado con sus religiosos de Andalucía.


 Al P. Jeró­nimo Gracián, le pareció que sería de gran servicio  a Dios fundar en Sevilla, como Visitador de los Descalzos, era el superior de Santa Teresa, por lo que ella le rindió la obediencia más perfecta.


Gracián decide que la Priora y las monjas que llevaban para Caravaca fuesen para Sevilla. Llegadas a la ciudad, estas se establecieron en una casa que el Padre Mariano les había alquila­do en la calle de las Armas.


La Santa no quiso partir de Sevilla hasta dejar a la Comunidad en casa propia.


En 1576 se marcha, dejando a la Comunidad establecida en unas casas de la calle Pajerías. Diez años después, en 1576, buscando un lugar de más retiro, las Descalzas pasan a ocupar unas casas en el Barrio de Santa Cruz, asistiendo al traslado y contribuyendo al mismo San Juan de la Cruz.



El citado convento fue bautizado con el nombre de San José del Carmen, conocido en la Ciudad como Las Teresas.


Ninguno de los diversos avatares de la historia acaecidos en estos más de cuatro siglos, han ocasionado pérdidas en el edificio ni en obras de arte, por lo que se conservan un importante número de reliquias teresianas, el retrato de la Santa, pintado por Fr. Juan de la Miseria por encargo del P. Gracián, así como el ejemplar original de Las Moradas.


Salimos en dirección a la calle Zaragoza antigua calle Pajerías, donde se encontraba el primitivo convento Carmelita.


Irene Gallardo nos cuenta que en 1575, Sevilla era la ciudad más populosa de España, puerto y puerta de las Indias. Además de la Catedral, contaba con unas treinta de parroquias, más de 100 hospitales y capillas y representación de todas las órdenes religiosas. Santa Teresa y las hermanas carmelitas, llegaron a la ciudad y se establecieron en una casa que el Padre Mariano les había alquilado en la calle de las Armas. La Santa no quiso partir de Sevilla hasta dejar a la comunidad en casa propia.


Es en 1576 cuando decide marchar, dejando a la Comunidad establecida en unas casas de la calle Pajerías. Tiempo después, buscando un lugar de más retiro, las Descalzas pasan a ocupar unas casas en el Barrio de Santa Cruz, asistiendo al traslado y contribuyendo al mismo el propio San Juan de la Cruz. El edificio actual que podemos ver, no es el original, pues sufrió diversas transformaciones. Vicente Traver, diseñó la fachada basándose en los grabados de una edición de Las Moradas de Santa Teresa, publicadas por el Cardenal Lluch.


Gracias a D. Ricardo Vargas de la Fundación González-Abreu (Instituto Hispano-Cubano) por las atenciones recibidas,  a la superiora Rvda. Madre Inmaculada del Monasterio San José del Carmen (O.C.D.)  por permitirnos entrar en su casa y al Rvdo. Padre D. Juan Dobado. (O.C.D.) del Convento del Santo Ángel por acercarnos a la vida de Santa Teresa.


Gracias a Irene Gallardo por tan interesante itinerario.

Galería completa del itinerario en:
https://www.dropbox.com/sh/dlecjnn4nshwd1d/AABGen0N5w15wa6zUEaKno0oa?dl=0

Crónica y fotografías: Fco Javier Montiel