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lunes, 6 de junio de 2016

Buenos días Andalucía, buenos días mundo

Hoy, desde el más intenso de los sentimientos,el amor. 
En esta historia, leyenda de la ciudad, como en muchas historias anónimas que no han trascendido, el amor anula la razón y la cordura, confundiendo el pensamiento y desvinculándose incluso, hasta a la propia sangre.

Susona, apodo de Susana Ben Susón, fue una judía de Sevilla conocida popularmente por su belleza. Era hija del judío converso Diego Susón.
Los judíos fueron un colectivo oprimido en la Sevilla de la baja Edad Media e incluso llegó a producirse una matanza en la judería en 1391 y en 1478 se funda en España la Inquisición. En torno a 1480 los judíos en Sevilla, Carmona y Utrera tramaban una conspiración para desestabilizar el Estado y uno de sus cabecillas era el padre de Susona.
Los conspiradores se reunían en casa de Diego Susón para tramar la difusión de los planes, que incluían liberación de presos para que produjeran desórdenes, beneficiar el poder musulmán y llevar a cabo levantamientos violentos en las principales ciudades.

Susona era estaba vinculada sentimentalmente a un joven cristiano, ella le puso al tanto de la situación contándole todos los pormenores de la conspiración judía que se estaba fraguando.
El cristiano acudió al asistente mayor de la ciudad de Sevilla, Diego de Merlo, para informarle de lo que le había contado Susona. De Merlo acudió con tropas a una de las reuniones y arrestó a todos los judíos, que fueron condenados a muerte.

La hermosa Susona, sintió un enorme sentimiento de culpa por haber traicionado a su padre y por el baño de sangre judía que se produjo por su indiscreción, optando por recluirse un convento.
A su muerte ordenó que su cabeza fuera colgada de la puerta de su casa, en el Barrio Santa Cruz de Sevilla, para recordar a la gente su traición.
Con los siglos, la cabeza se sustituyó por un candil. Posteriormente, se cambió el candil por un azulejo donde se muestra su calavera.

La actual calle Susona, fue nombrada, durante años como calle de la Muerte.
Hoy nuestros buenos días, son un recuerdo al amor, aunque en esta ocasión, este viejo sentimiento, nos ha llegado teñido con sangre judía.

Buenos días Andalucía, buenos días mundo.
Paz y Bien.



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